15 diciembre 2011

VVVVVV, de Terry Cavanagh (PC, 2010)

Hay veces que una idea sencilla, llevada a cabo con buen hacer, amor y muchas ganas, da pie a verdaderas maravillas. Es algo que, ya dejando de ser excepción, se ha convertido en una norma cada vez más extendida en el terreno indie de la creación de videojuegos. Pero hablaremos de tan excepcional momento para la escena independiente más adelante, ahora nos vamos a centrar en este caso particular ya que hay muchos y muy buenos ejemplos, así que pasemos sin más a hablar de esta maravilla: el videojuego para PC VVVVVV, de Terry Cavanagh.


VVVVVV parte de una premisa sencilla: nuestra nave ha colisionado contra algún extraño tipo de materia, y toda la tripulación ha desaparecido debido a unos portales extradimensionales que los han desperdigado por peligrosas salas. Nosotros encarnamos al Capitán Viridian, y tenemos que rescatarlos a pesar de contar tan sólo con nuestra habilidad para invertir la gravedad a nuestro antojo.


El juego cuenta con unos gráficos retro geniales que, sumados a su banda sonora que le queda como un guante, lo convierten en un homenaje sublime a los juegos de antaño. También el desarrollo es estilo añejo: nos desplazaremos en scroll lateral por las diferentes salas, y sólo contamos con un movimiento, el de invertir la gravedad para caminar por el suelo o pegarnos al techo, según los obstáculos que queramos sortear. Y eso es todo. El juego ya en su propio título realiza un sencillo juego de palabras y con él nos describe todos los objetivos a alcanzar: rescatar a la tripulación (Violet, Vitellary, Verdigris, Vermillion y Victoria) mientras sorteamos los obstáculos (las VVVVVV que acabarán con nuestra vida).

El juego es bastante corto aún cuando intentemos conseguir los 20 brillantes, con poco más de un par de horas para completarlo, aunque contaremos con más de un reto que superar (destacando el nivel The Tower y las pantallas Veni Vidi Vici), en alguna ocasión frustrantes, pero sumamente satisfactorios una vez que logramos superarlos (se puede llegar a morir en una sola habitación más de 100 veces con facilidad). Además, cuando completemos el juego desbloquearemos nuevas opciones y modos de juego, como volver a completar la aventura en modo invertido, contrarrelojes, un modo que acabará en el momento en que muramos o el gravitón, un auténtico reto para los más habilidosos (yo sólo aguanto cinco segundos en él...) en el que sortear la muerte mientras saltamos en una especie de cama elástica. También contamos con el reto supremo, los niveles creados por los fans de VVVVVV, ya que el juego cuenta con un sencillo editor con el que se han creado auténticos infiernos insuperables para los que hay que armarse con una paciencia que yo, particularmente, no he tenido.


Por último, creo que merece la pena destacar antes de acabar el carisma de los personajes, que son sumamente entrañables (de hecho, la comunidad fan ha creado auténticas maravillas en tributo a ellos) a pesar de ser tan sólo un puñado de píxeles con boca, y nos sacarán en alguna ocasión una sonrisa con su cambio de humor y sus miedos; parecen una especie de genios en diferentes materias algo infantiles, y nos ganarán cada vez que se interrelacionen.

Tuve que recurrir a una guía para enterarme de cómo conseguir ésta.

Una maravilla que he descubierto gracias a Steam, por poco más de un euro, y que me tiene enamorado lo mire por donde lo mire. Lo recomiendo a todos los que quieran echar uno de los ratos más satisfactorios, intensos y divertidos que recuerdo, algo que su creador ha conseguido con muy poco.

La próxima vez hablaremos de un juego que ofrece algo muy parecido, pero con un nivel de ambición muy superior, y de hecho se ha convertido en uno de los juegos independientes más valorados por los jugadores: Super Meat Boy, o cómo frustrar al jugador hasta que quiera (y alguno consiga) destruir el mando, pero volver a jugar una y otra vez.

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