27 febrero 2007

Batman: Juegos de Guerra

Batman: War Games 1-3
Guión: Ed Brubaker, Bill Willingham, Devin Grayson, Andersen Gabrych, Dylan Horrocks, A.J. Lieberman
Dibujo: Mike Lilly, Sean Phillips, Pete Woods, Paul Gulacy, Al Barrionuevo, Ramón Bachs, Giuseppe Camuncoli, Kinsun, Brad Walker, Jon Proctor, Mike Huddleston
Planeta; 208, 192 y 224 páginas, 12'95€ los dos primeros y 13'95€ el tercero

La verdad, mis dos últimas incursiones en las colecciones del murciélago (o más bien de la bat-familia) no están resultando tan interesantes como deberían con un personaje de esta fama e importancia, y eso que de ambas había oído hablar bastante bien, como éste crossover y el Robin: Desenmascarado de Willingham. Quizá me esté quivocando y debiera probar lejos de series regulares y cuestionables eventos del calado de este Juegos de Guerra. Alguna limitada en manos de alguien con mejor savoir faire en el que se explote con mayor acierto uno de los personajes más importantes de la industria del cómic, a uno de los iconos mundiales de la historieta, al que tantas ganas tengo de engancharme y que, por desgracia, no me deja hacerlo. Porque, la verdad, cuando una serie que se supone importante no levanta en mí más que bostezos y acabo leyendo casi por inercia (y eso que he comido mucha morralla), sin siquiera pararme en nada que no sea el texto de los bocadillos para terminar cada número, es que algo falla. Con ello no quiero decir que Juegos de Guerra sea una mala historia, no; el status del personaje en la ciudad de Gotham cambia por completo, pero se cuenta de una manera tan aburrida y coñazo, que cansa hasta decir basta, y encima nos la alargan de mala manera... ¡¿24 números?! Joderrrrrr...

La trama se centra en una guerra desatada en Gotham, que vuelve la ciudad patas arriba con luchas entre las bandas de la ciudad. A Batman la situación le es familiar... Pero poco tiempo tendrá el murciélago y el resto de la bat-familia para pararse a pensar, ya que la ciudad se vuelve cada vez más loca, hasta el punto de convertirse ellos en el blanco... ¡de la policía!

El guión, la verdad, no está mal del todo, pero como ya decía, alargado sobremanera y tocado por diferentes guionistas... Como que se "empaña", y no luce igual. Además, la verdad es que me empieza a cansar que en cada evento de este tipo tenga que morir siempre alguien, ya que me parece la peor solución posible, muy comercial y todo lo que quieras para ponerlo en el DC Nation del mes anterior, pero, a mi entender, es un recurso fallido que demuestra la incapacidad de los escritores de la historia, que se ven obligados a recurrir a este tipo de golpes de efecto que, en mi honesta opinión (y esto va tanto para Marvel como para DC), APESTA. Y encima es una muerte mal tratada y contada, una pena para con el personaje.

Del dibujo de la saga... Puf... La verdad, Batman está bastante mal en este aspecto. ¡Qué coño! ¡No se salva ninguna colección de la bat-familia! ¡Qué cosa más mala coño! Ni siquiera Sean Phillips cumple, todos los números de este crossover son un despropósito en este aspecto. Una vez leída me he tenido que lavar los ojos con aguarrás, y ni así he sufrido tanto. Malo, malo, malo. Quizá sólo salvaría, ahora que recuerde, y por los pelos, a Barrionuevo. Los demás... Pfffff... Y me quejo yo en Spidey de Billy Tan y Pat Lee. ¡JO-DER!

En definitiva, y por si no os habéis dado cuenta aún, una saga bastante mala al ser estirada como un chicle de donde no hay (y si lo hay, no ha sabido tratarse), que sólo se salva por algunas ideas interesantes (lo de organizar las familias mafiosas de Gotham alrededor de un Padrino me ha molado) y algunos (tan poco muchos) buenos momentos y diálogos, que se pierden en la inmensidad del crossover, por desgracia. Si queréis acercaros al murciélago sin conocerlo demasiado, no empecéis (como yo, tonto de mí) por cosas de este tipo, tan sólo echas para muy fans (y quizá ni eso).

Valoración: *****

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