02 octubre 2006

House 3x04: Lines in the sand

No me he podido reír más en mi vida: además de los típicos (y ya demasiado tópicos y manidos en su resolución) casos a los que tiene que enfrentarse episodio tras episodio, en éste tendremos llevado al límite el humor de House, controvertido y heterodoxo, al igual que su forma de tratar los inconvenientes para que siempre se resuelvan a su favor.

A la consulta de House ha llegado el caso de un joven paciente autista. Además, la chica de la semana pasada seguirá acosándole, y su maniática afición por controlar cada detalle, aunque sea más por hacer ver que siempre lleva la razón (y que aunque no la lleve, siempre se sale con la suya) que por puro placer (que ya se lo procurará la victoria, aunque en el proceso disfrute aún más), seguirá causando mil y una situaciones increíblemente divertidas que hacen la serie aún más atractiva (si cabe) para los que no os llame demasiado la atención (¡malditooooos!). Por si fuera poco, las situaciones que se dan gracias a que House conozca ya por completo a todos sus compañeros y empleados, y que por ello se adelante a sus movimientos, a sus acciones y a sus propios pensamientos, no dejan indiferente, ya que a pesar de sus métodos y de su carácter, el doctor se hace querer cada vez más...

Excelente diálogo sobre los convencionalismos y la verdadera libertad del ser humano. Y la frase que cierra la escena final, que redondea el capítulo, es increíble (no por la frase en sí, sino en el contexto).

Valoración: 9/10.

1 comentario:

Anónimo dijo...

idiota